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EVALUACIÓN

       Podemos diferenciar 2 claras perspectivas en la definición de evaluación: una perspectiva tradicional y una alternativa (Chaparro y Pérez-Curiel, 2010).

 

       Desde la perspectiva tradicional, tenemos a autores como:

 

-Lafourcade (1973): la evaluación es la etapa del proceso educativo que tiene por fin comprobar, de modo sistemático, en qué medida se han logrado los resultados previstos con los objetivos especificados con antelación.

-Sánchez Bañuelos (1996): la medición es el primer paso importante en la evaluación. Una mejor medición lleva a una mejor evaluación.

 

       Podemos observar que en esta perspectiva adquiere gran importancia la medida, fijándose unos objetivos y la comprobación de éstos, sin tener en cuenta otros aspectos que influyen en el proceso educativo, como las alternativas de mejora o el planteamiento de diferentes niveles y capacidades de partida del alumnado.

 

       Por otro lado, desde la perspectiva alternativa, podríamos citar a:

 

-Santos Guerra (1993): la evaluación debería entenderse como un proceso de diálogo, comprensión y mejora.

-López Pastor (2006): la evaluación es un proceso de elaboración de un juicio de valor sobre un proceso (y/o producto, de una actividad, una ejecución, un comportamiento, un trabajo) en orden a tomar una decisión sobre el mismo.

 

       Por tanto, podemos observar una evolución en la definición de este concepto, considerando que no es una cuestión cerrada y unidireccional (profesor hacia el alumno), sino que lo debemos considerar como un proceso de intercambio en el cual se debe producir una constante retroalimentación, modificación y readaptación de la acción que llevamos a cabo, es decir, el proceso de enseñanza-aprendizaje.

 

       Otras definiciones que podemos encontrar del término “evaluación” son las siguientes:

 

-Ministerio de Educación y Ciencia: la evaluación es un instrumento que le sirve al docente para ajustar su actuación en el proceso de enseñanza aprendizaje, orientándolo, reforzando los contenidos insuficientemente adquiridos por los alumnos y realizando la adaptación curricular necesaria.

-Consejería de Educación y Ciencia: la evaluación es un conjunto de operaciones que el profesor planifica y pone en práctica para aumentar el conocimiento racional sobre los procesos que se desarrollan en el aula, detectando las dificultades que surgen y estimando la validez y eficacia de su labor respecto a los objetivos que pretende alcanzar, acercándose así al profesor investigador.

 

        Para sintetizar, podríamos considerar a la “evaluación” como una actividad sistemática, continua e integral del proceso de enseñanza aprendizaje, cuya finalidad es conocerlo y mejorarlo, mediante la obtención de información acerca de él, permitiéndole emitir o formular juicios de valor respecto a esas situaciones, para así tomar decisiones.

           

       Consideramos que la evaluación incluye una serie de funciones:

o   Valorar la capacidad de enseñanza docente.

o   Individualización: adecuar las tareas a las capacidades individuales del alumnado.

o   Diagnosticar: adecuación a las condiciones de trabajo.

o   Asignación de determinados niveles de aprendizaje.

o   Educación: mediante la emisión de juicios.

o   Selección de objetivos, contenidos…

o   Obtención de datos para la investigación.

o   Control y medición del proceso de enseñanza-aprendizaje.

o   Motivación al alumnado, mediante el conocimiento de los procesos alcanzados.

o   Investigación en el contexto educativo.

o   Mejora de estos programas de evaluación.

o   Comprobación del proceso de enseñanza-aprendizaje en función de los objetivos planteados.

o   Predicción y orientación de los futuros resultados.

o   Progresión en los aprendizajes alcanzados.

 

       Por tanto, como podemos observar, la evaluación va a estar presente durante todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, pues es importante que cumpla una serie de objetivos:

► Contextualizada: adecuada a cada situación particular.

► Individualizada: adaptada a las características y necesidades educativas de cada alumno.

► Integral: pertenece a todo un proceso educativo.

► Compartida.

► Educativa: debe potenciar los aspectos positivos y ser correctora de los negativos.

 

       Finalmente, consideramos que la evaluación debe tener una serie de características:

◦   Integral: presente en todas las manifestaciones educativas.

◦   Científica: instrumentos utilizados, metodología empleada, rigurosidad…

◦   Continuidad: evitar las improvisaciones o una acumulación de datos sin un fin específico.

◦   Acorde a los objetivos planteados.

LOMCE

       Según Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa (LOMCE), publicada en el Boletín Oficial del Estado el 10 de diciembre de 2013, la evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado de Bachillerato será continua y diferenciada según las distintas materias. El profesor/a de cada materia decidirá, al término del curso, si los alumnos y alumnas han logrado los objetivos y alcanzado el adecuado grado de adquisición de las competencias correspondientes.

 

       Los centros docentes deberán organizar las consiguientes actividades de recuperación y la evaluación de las materias pendientes.

REAL DECRETO

  • Artículo 30. Evaluaciones.

 

1.    Los referentes para la comprobación del grado de adquisición de las competencias y el logro de los objetivos de la etapa en las evaluaciones continua y final de las materias de los bloques de asignaturas troncales y específicas, serán los criterios de evaluación y estándares de aprendizaje evaluables que figuran en los anexos I y II a este real decreto.

 

       La evaluación del aprendizaje del alumnado será continua y diferenciada según las distintas materias, tendrá un carácter formativo y será un instrumento para la mejora tanto de los procesos de enseñanza como de los procesos de aprendizaje.

Se establecerán las medidas más adecuadas para que las condiciones de realización de las evaluaciones, incluida la evaluación final de etapa, se adapten a las necesidades del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo; estas adaptaciones en ningún caso se tendrán en cuenta para minorar las calificaciones obtenidas.

 

       El profesorado evaluará tanto los aprendizajes del alumnado como los procesos de enseñanza y su propia práctica docente, para lo que establecerá indicadores de logro en las programaciones didácticas.

 

3.    El profesorado de cada materia decidirá, al término del curso, si el alumno o alumna ha logrado los objetivos y ha alcanzado el adecuado grado de adquisición de las competencias correspondientes.

 

       El equipo docente, constituido en cada caso por los profesores y profesoras del estudiante, coordinado por el tutor o tutora, valorará su evolución en el conjunto de las materias y su madurez académica en relación con los objetivos del Bachillerato y las competencias correspondientes.

 

4.    Con el fin de facilitar a los alumnos y alumnas la recuperación de las materias con evaluación negativa, las Administraciones educativas regularán las condiciones para que los centros organicen las oportunas pruebas extraordinarias y programas individualizados en las condiciones que determinen.

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