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EDUCACIÓN EN VALORES

       Como introducción a los modelos para el desarrollo de valores, dos aspectos a tener en cuenta (Gutiérrez, M.; 2003):

 

  • Se ha de lograr que los profesores de educación física y los entrenadores del deporte educativo se convenzan de que su área de trabajo goza de unas características privilegiadas para la promoción de valores sociales y personales, “sin que por ello nadie sea tildado de agente moralizante, sino educador en el más amplio y mejor sentido de la palabra”.

 

  • Es necesario poner una intención precisa en la educación en valores si queremos que nuestros alumnos y deportistas adquieran cualidades socialmente deseables a través de la educación física y deportiva. Estos contextos no son generadores de todos los valores mencionados por el simple hecho de que se pongan en práctica; hay que invertir tiempo y esfuerzo en ello.

 

       Pero, según el profesor Durán (2006) surge la pregunta de si estaríamos dispuestos a transmitir además de conocimientos, valores, pues “el profesor que adopta una orientación en valores y que persigue mejorar la participación cooperativa, la relación social, la coeducación, etc. debe quitar algún tiempo de clase a otros objetivos como el desarrollo de habilidades motrices, la condición física o la maestría deportiva. El problema radica en que, mientras en el ambiente escolar podría considerarse valioso este trabajo en valores, en la mayoría de programas deportivos infantiles y juveniles no se suele valorar este trabajo”.


       A continuación señalamos la teoría del aprendizaje social, y dos modelos que destacamos para una intervención en valores en el ámbito deportivo.

6.1. TEORÍA DEL APRENDIZAJE SOCIAL

En primer lugar vamos a destacar uno de los planteamientos teóricos que más frecuentemente se ha utilizado para explicar la educación de valores mediante la actividad física y el deporte, es la teoría del aprendizaje social. El modelo original de Kenyon (1970) ha ejercido una fuerte influencia. Esta teoría atribuye a la sociedad la capacidad de ejercer una poderosa influencia sobre los procesos de interiorización de los valores, ya que las normas de conducta se establecen por observación e imitación de los modelos y las personas significativas (padres, amigos, entrenadores, profesores…), así como de la guía que éstos proporcionan. Si esto funciona realmente así, no es de extrañar el desasosiego que algunos sienten, debido a la perspectiva y “modelos” o ejemplos que actualmente el deporte nos ofrece (Gutiérrez, M.; 1995).

 

 

 

 

 

6.2. MODELO DE THOMAS WANDZILAK

Otro de de los modelos más utilizados para el desarrollo de valores, es el desarrollado por Thomas Wandzilak (1985). Este modelo resalta la consideración del profesor o entrenador como modelo y la importancia de la ayuda social de otros. Esto plantea una serie de requisitos previos, para que dicho modelo tenga éxito. El primero y más importante: el profesor o entrenador deben comprometerse expresamente con el desarrollo de valores; el segundo sería el compromiso de entrenadores y profesores en el desempeño de modelos. Este modelo consta de cinco pasos:

  1. Identificación y definición de los valores que van a desarrollarse. Debido a la complejidad de los valores, se recomienda que el profesor o entrenador se concentre únicamente en ciertas áreas específicas, sin pretender abarcarlas todas.

  2. Establecimiento de un currículum. El profesor o entrenador debe plantearse objetivos específicos y susceptibles de ser alcanzados. Posteriormente deben elegirse las actividades más apropiadas para conseguir dichos objetivos, teniendo en cuenta que diferentes deportes y actividades serán más adecuados para desarrollar determinados valores.

  3. Utilización de objetivos escalonados. El escalonamiento de objetivos y metas se ha revelado como un sistema de recompensa adecuado para la intensificación en el desarrollo de los valores.

  4. Evaluación del sistema. Una vez se ha conseguido sobrepasar el obstáculo de la definición de los valores y objetivos de comportamiento, se está en disposición de abordar una evaluación más objetiva.

  5. Utilización de los datos de evaluación. Los datos obtenidos pueden ser aplicados con diferentes finalidades. Por un lado, para ir mejorando los componentes del proceso; por otra parte, para comprobar la efectividad del modelo de desarrollo de los valores específicos. Además, los datos pueden decir si las experiencias han sido suficientes o insuficientes.

 

 

 

 

6.3. EL MODELO ECOLÓGICO DE MELCHOR GUTIÉRREZ

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Este modelo ecológico exige por tanto, la participación de todos los sectores implicados o que puedan influir, de una u otra manera, en el problema concreto. Como conclusión de este modelo para el desarrollo de valores sociales y personales en la Actividad Física y el Deporte, hay que dejar clara la necesidad de que todas las intervenciones estén interrelacionadas, conectadas, de manera que el deportista no se vea obligado a sufrir una serie de contradicciones, lo que le perjudicaría notablemente en la configuración de su esquema de valores. O, dicho de otro modo, inútil será el esfuerzo de profesores, padres y entrenadores por enseñar a los jóvenes que la práctica deportiva debe llegar a asumirse como un estilo de vida saludable si, después, los responsables de la política deportiva y organizadores del deporte no proporcionan los medios necesarios, traducidos en instalaciones y programas, para que todos puedan llevar a cabo un desarrollo físico-deportivo independientemente del nivel de ejecución que alcancen.


Pero, a la inversa; de nada servirá que las autoridades educativas y organizaciones deportivas ofrezcan medios económicos, instalaciones y materiales, si no hay unos motores impulsores que animen y movilicen a la gente, tanto a los más jóvenes como a los mayores, a sacarle rentabilidad a esos medios que se han puesto a su alcance (Gutiérrez, 1995).

 

 

 

 

LA EDUCACIÓN EN VALORES EN LA LOMCE SE ABORDA DESDE DIFERENTES ASPECTOS Y NIVELES DE CONCRECIÓN:

 

 

 

La primera alusión que se hace a la Educación en valores en la LOMCE, está en el preámbulo, donde el legislador realiza la exposición de motivos, concretamente en el apartado XIV donde, siguiendo la Recomendación (2002) 12 del Comité de Ministros del Consejo de Europa a los Estados miembros sobre la Educación para la Ciudadanía Democrática, señala que la educación para la ciudadanía democrática es esencial para promover una sociedad libre, tolerante y justa y que contribuye a defender los valores y principios de la libertad, el pluralismo, los derechos humanos y el imperio de la Ley, que son fundamentos de la democracia.

En este mismo apartado del preámbulo de la LOMCE dice que uno de los principios en los que se inspira el Sistema Educativo Español, es la transmisión y puesta en práctica de valores que favorezcan la libertad personal, la responsabilidad, la ciudadanía democrática, la solidaridad, la tolerancia, la igualdad, el respeto y la justicia, así como que ayuden a superar cualquier tipo de discriminación.

Se contempla también como fin a cuya consecución se orienta el Sistema Educativo Español la preparación para el ejercicio de la ciudadanía y para la participación activa en la vida económica, social y cultural, con actitud crítica y responsable, y con capacidad de adaptación a las situaciones cambiantes de la sociedad del conocimiento.

 

 

 

La siguiente consideración a la Educación en valores en la LOMCE aparece cuando se nombran los principios en los que se inspira el sistema educativo. Los principios son como los cimientos, la referencia fundamental que inspira toda la actuación educativa. Entre esos principios, los que hacen directamente alusión a la educación en valores son:

  • La transmisión y puesta en práctica de valores que favorezcan la libertad personal, la responsabilidad, la ciudadanía democrática, la solidaridad, la tolerancia, la igualdad, el respeto y la justicia, así como que ayuden a superar cualquier tipo de discriminación, según el apartado c) del artículo 1 de la LOE.

  • La educación para la prevención de conflictos y la resolución pacífica de los mismos, así como para la no violencia en todos los ámbitos de la vida personal, familiar y social, y en especial en el del acoso escolar; modificación k) de la LOMCE al artículo 1 de la LOE.

  • El desarrollo, en la escuela, de los valores que fomenten la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, así como la prevención de la violencia de género, modificación l, del artículo 1 de la LOE.

 

 

 

La educación en valores en la LOMCE también está presente en otro nivel de concreción: los fines de la educación. Se trata de los grandes objetivos o finalidades de todo el sistema. Los fines no han sido modificados directamente por la LOMCE, por tanto permanecen los mismos del artículo 1 de la LOE. Los que aluden a la educación en valores son:

  • La educación en el respeto de los derechos y libertades fundamentales, en la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres y en la igualdad de trato y no discriminación de las personas con discapacidad.

  • La educación en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad dentro de los principios democráticos de convivencia, así como en la prevención de conflictos y la resolución pacífica de los mismos.

  • La educación en la responsabilidad individual y en el mérito y esfuerzo personal.

  • La formación para la paz, el respeto a los derechos humanos, la vida en común, la cohesión social, la cooperación y solidaridad entre los pueblos así como la adquisición de valores que propicien el respeto hacia los seres vivos y el medio ambiente, en particular al valor de los espacios forestales y el desarrollo sostenible.

  • La formación en el respeto y reconocimiento de la pluralidad lingüística y cultural de España y de la interculturalidad como un elemento enriquecedor de la sociedad.

 

 

 

Una de las competencias clave está directamente relacionada con la educación en valores: las competencias sociales y cívicas.

La Orden ECD/65/2015 de 21 de enero describe esta competencia. Concretamente indica que las competencias sociales y cívicas implican la habilidad y capacidad para utilizar los conocimientos y actitudes sobre la sociedad, entendida desde las diferentes perspectivas, en su concepción dinámica, cambiante y compleja, para interpretar fenómenos y problemas sociales en contextos cada vez más diversificados; para elaborar respuestas, tomar decisiones y resolver conflictos, así como para interactuar con otras personas y grupos conforme a normas basadas en el respeto mutuo y en convicciones democráticas. Además de incluir acciones a un nivel más cercano y mediato al individuo como parte de una implicación cívica y social.

Se trata, por lo tanto, de aunar el interés por profundizar y garantizar la participación en el funcionamiento democrático de la sociedad, tanto en el ámbito público como privado, y preparar a las personas para ejercer la ciudadanía democrática y participar plenamente en la vida cívica y social gracias al conocimiento de conceptos y estructuras sociales y políticas y al compromiso de participación activa y democrática.

Las competencias clave en general, y las competencias sociales y cívicas en particular, como una de las más importantes en la educación en valores tiene una consideración transversal, es decir, debe estar presente en todas y cada una de las asignaturas del curriculum.

 

 

 

En los estándares de aprendizaje evaluables, está también presente la educación en valores en la LOMCE. Son una manera de evaluar y controlar la presencia de esta educación en todas y cada una de las asignaturas, y es igualmente, una forma de hacerse presente las competencias cívicas y sociales.

 

 

 

La educación en valores en la LOMCE, también se concreta en la asignatura de Valores Sociales y Cívicos ya que se centra especialmente en esta cuestión.

Pero es importante recordar que la educación en valores no es exclusiva de esta asignatura, sino que debe estar presente, como ya se ha indicado, en el resto de asignaturas del curriculum.

 

 

 

Junto con la asignatura de valores sociales y cívicos, la asignatura de religión, en sus distintas confesiones, también aborda la educación en valores. En este caso desde la perspectiva moral y ética de cada una de las confesiones.

 

 

EN LA EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
EN LOS FINES DE LA EDUCACIÓN
EN LAS COMPETENCIAS CLAVE
EN LOS ESTÁNDARES DE APRENDIZAJE EVALUABLES
LA ASIGNATURA DE VALORES SOCIALES Y CÍVICOS
EN LOS PRINCIPIOS DE LA EDUCACIÓN
LA ASIGNATURA DE RELIGIÓN
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